viernes, 18 de mayo de 2012

La Amargura en Rosario de la Aurora.

Vamos de nuevo al encuentro de Ella. Es tanta la alegría que nos produce estar junto a María que cualquier ocasión, por mínima y sencilla que parezca, para nosotros se hace especial y deseamos vivirla lo más intensamente posible, sabiendo que tardaremos mucho tiempo aún en volver a repetir las sensaciones.
Tan especial es la ocasión que hasta sus hijas, las Hermanas de la Cruz, salen a recibirla en la puerta de su Casa. Tan especial es el momento que las Hermanas lo adornan con sus voces, al alba del día. Tan especial es el día que el regusto dulce que deja su Mano al besarla se nos instalará en el alma como recuerdo de un día más vivido junto a Ella.